viernes, 24 de junio de 2011

Neurótica Torpeza

Me gusta dejar claro ante todos que soy una persona inteligente pero igual no se nota a simple vista considerando lo propensa que soy a los accidentes o descuidos. Un caso memorable fue cuando me corté un dedo tratando de abrir un envase de yogurt o cuando me resbalé y caí abierta de piernas mientras trapeaba el piso de la cocina. Mas sin embargo, estuve nuevamente de pie un minuto más tarde por miedo a que alguien me viera, ¿a quién demonios se le ocurre hacer eso aparte de mí?

Hay veces en que permanezco semanas sin hacerme una sola herida, pero eso de lastimarme, tropezarme, caerme o golpearme con algo se ha vuelto tan cotidiano que ya por fin admito mi torpeza y trato de lidiar con ello. De hecho, mi mamá se frikea siempre que resulto lastimada y me marea que a cada rato me esté recordando este defecto:

“Ten cuidado con los postes, acuérdate que tienes dos ojos”
“Fíjate por donde caminas y quién viene por delante. No vayas a chocar con algún matón”
“Mastica bien y no bebas tan de prisa porque te puedes ahogar”


Eso último hizo que recordara la vez en que el ex presidente George W. Bush se atragantó con un pretzel, y me carcajeé tan duro al saberlo que me caí de la silla luego de toser fenomenalmente debido al refresco. Hubo una ocasión durante una comida familiar en que mientras tomaba la bebida, me dio un ataque de tos y acabé escupiéndolo todo en la cara de mi cuñada. Fue la mayor vergüenza que pasé con ella, y tardé semanas en atreverme a mirarla de nuevo a los ojos.

Últimamente tengo un bonito repertorio de heridas en mis brazos: las cortadas que me hice con un cristal roto debido a que rompí una ventana cuando la cerré de golpe, los rasguños que me provocó un gato del vecino que me atacó por sorpresa, las quemaduras que me hice el Día de las Madres mientras hacía una tortilla española para el desayuno de mi mamá, otra quemadura de plancha para el cabello porque pisé el cable y me achicharró el pulgar, un par de cortadas con un plato roto que casi me hacen desmayarme por el montón de sangre que derramé, etc…

He llegado a la conclusión de que por mi propio bienestar debo alejarme de la maquinaria pesada y abstenerme de aprender a manejar porque me temo que un día de estos me voy a romper una pata (aunque de hecho me he fracturado un dedo jugando futbol) o acabe decapitada de la forma más absurda. Menudo defectillo con el que nací ¡y que se vuelve peor con la edad! ja ja ja.

viernes, 3 de junio de 2011

Hablemos de Sexo

Uno de los temas calientes que rondan por mi trabajo es el de nuestras vidas sexuales. A mí me fastidia que salga cada mocoso mamón presumiendo de ser un terminator en la cama o peor, que se me arrime con intenciones de tener un acostón nada más porque me ven la cara de soltera seria y solitaria que me cargo, y por ende, piensan que estoy urgida). El caso es que de una forma u otra, todos hacen mención del tema.

"Yo no sé cómo hacerle para venirme" me comentó ayer un tipo re harto feo. De inmediato le hago cara de fuchi para que me deje en paz.
"¿Y por qué me lo dices a mí si yo soy mujer?"
"Necesito que me digas qué tengo que hacer"
"Cónocete a ti mismo para que sepas lo que te gusta, y ya cállate que no quiero hablar de esas cosas"


A las mujeres nos encanta decir que somos unas golosas y esas vulgaridades, además de presumir el hecho de que nuestros embarazos inesperados fueron por una apasionada noche de amor y no el resultado de una metida de pata por la peda del sábado. A mí no me engañan, las que no bajo de tontas es porque de verdad son tontas.

Trato de ser discreta con respecto a eso, pero siempre que me empiezan a fastidiar a propósito del tema, uso un tono lleno de cinismo para dejar claro que no soy tan recatadita como me ven, y que para mí el sexo es algo que no me tomo a la ligera.

"A ti te urge una buena cogida" me dijo María, durante el almuerzo. Así como lo leen. "Ya para que sepas lo que es bueno"
"Yo sé lo que es bueno, que no lo haga diario y con cualquier fulano como tú es otra cosa"
"Ay no es cierto, seguro que ni siquiera sabes lo que es dar una mamada"
"¿Qué tengo en la frente un letrero que dice 'virgen' o qué?"
"¿Y hace cuanto que no lo has hecho?"
me pregunta Wendy.
"A ver... ya voy para cuatro años. Prácticamente soy virgen de nuevo ja ja ja"
"No manches, ya tienes telarañas ahí abajo"
se rió.

Prefiero mantener un perfil equilibrado entre chica decente y chica mala (mi nick de Firey Girl no me ayuda para nada XD). Me gusta llevar una vida tranquila pero con momentos en donde me destapo tanto que ni yo misma me reconozco. Si voy a tener sexo, va a ser cuando yo quiera y con quien quiera, no cuando aparezca el primer prostipirugolfo que me lo ofrezca. Así que, mis repudiados colegas, ¡les presto dinero para una prostituta pero ya no insistan!