¿Cuántos o quiénes de ustedes creen en los aparecidos? A mí me pueden incluir en la lista de los que sí creen en los espíritus chocarreros pero que no precisamente ha tenido contacto directo con uno. En cambio, he escuchado varios relatos de personas a las que más de un alma en pena les ha provocado algún sustito:
EL PAYASO DEL AUTOESTOP.Mi papá biológico trabajaba de repartidor para la compañía Marinela (una empresa de pastelitos y galletas), y por lo tanto, viajaba constantemente por casi toda la república. Él le contó a mi mamá que alrededor de las cinco de la mañana, cuando todavía estaba un poco oscuro, iba por la carretera que conducía a Chihuahua y que vio a un payaso con un veliz a la orilla del camino. El susodicho le estuvo haciéndole señas para pedirle aventón pero mi progenitor pensó:
"Pues que lo levante el chico del camión de atrás"Cuando los dos vehículos hicieron su respectiva parada en Chihuahua para dejar mercancía y descansar un poco, mi papá le preguntó a su compañero:
"Oye, ¿levantaste al payaso?"
"¿Cuál payaso?"
"El que estaba en la carretera, más o menos en Meoqui. Un payaso con una maleta"
"Yo no vi ningún payaso"Mi papá casi se infarta de un susto porque entonces llegó a la conclusión de que "aquella cosa" con pelo y rostro de colores era un fantasma. Nada más llegar de nuevo a la casa, se lo dijo todo a mi mamá y ésta le recomendó que rezara y no le hiciera caso al próximo transeunte que le estuviera haciendo autoestop. Yo todavía no nacía en aquel entonces y al escuchar el relato, no pude evitar reírme y compadecerlo al pobre.
LA ACOSADORA. Cerca de la ciudad donde vivo hay una fábrica chilera que tiene turnos tanto diurnos como nocturnos, y mi tía Lupe diariamente les vende refrescos o bocadillos a los trabajadores. Es por esa razón que siempre tiene algo interesante qué contarme cuando nos visita. La última vez estábamos hablando precisamente de los aparecidos y ella me dijo que una noche salió el último grupo de empleados para tomar el autobús que los habría de llevar a sus hogares.
Era la una de la mañana y en la parada vieron a una mujer que llevaba la cara cubierta con un velo, como si se preparara para irse a misa, pero que no le hicieron mucho caso. Como el camión se tardó mucho en llegar, decidieron caminarle un poco por la carretera y uno de ellos notó que la señora los seguía y se lo hizo saber a sus amigos. Lo que sí se les hizo raro fue que si ellos corrían, ella tamhién lo hacía y cuando finalmente llegó el dichoso autobús, pensaron que ya no los iba a molestar... Pero se equivocaron...
¡¡Ella empezó a perseguir el camión y por mucho que le aceleraban, siempre se las ingeniaba para alcanzarlos!!
Al final unos empezaron a rezarle a sus santos y la mujer se detuvo en medio del camino. De ahí ya no supieron qué pasó con ella.
Yo me carcajée nada más oír esa parte y pensé qué miedosos habían sido los trabajadores. Ya que venían todos en grupo, ¿porqué no plantarle cara a una simple e inofensiva fantasmita? Si ella quería dañarlos, lo habría hecho desde un principio. Al menos yo sí le sacaba la plática porque pienso que hay que perderles el miedo a los aparecidos, porque si no, menos te van a dejar tranquilo.
LA ABUELITA QUE HASTA MUERTA LE GUSTA MOLER.Lo siento agüe, pero es la neta. Ni siquiera después de muerta dejas de dar lata.
Mi abuelita Magdalena (Q.U.E.P.D) falleció hace dos años y según mi lógica medio retorcida, ella sólo un remordimiento antes de petatiarse:
No haber visto a mi tío Patricio para echarle la bendición. Varios de mis parientes creemos que él fue su hijo preferido aún cuando no hizo nada por cuidarla cuando estuvo enferma, y no lo culpo, el pobre padece de esquizofrenia. El caso es que antes de morir nos pidió que le trajéramos a mi tío pero como él siempre se perdía a cada rato, dilatamos mucho en encontrarlo y para cuando lo trajeron a la casa, mi abuela ya no estaba con nosotros.
Nena (así le decíamos) fue una mujer un tanto... peculiar. Bueno, la recuerdo como una anciana dulce que siempre me traía golosinas (chin, ya me entraron las ganas de llorar) pero que sacó su lado "desquiciado" cuando se fracturó la cadera y estuvo en una silla por muchos años. A ella le encantaban los dulces y cuando alguno de sus bisnietos se lo negaba, Nena acostumbraba meterle el pie, escupirle o pegarle al incauto con su andadera. Ya se imaginarán que mis sobrinos le tenían mucho miedo.
Volviendo a la historia, a los pocos días de morir mi abuelita, mis primas comenzaron a soñar con ella. Unas dijeron que les estaba pidiendo sus acostumbrados dulces, otras dijeron que la soñaron diciéndoles groserías y recientemente mi prima Monse dijo que la soñó anunciándole que iba a recibir una dizque herencia (avariciosa...). Y no sólo fue eso, sino que durante las primeras cinco semanas, me tocaba ver cómo las cosas cambiaban de lugar o se caían "misteriosamente" y una noche que mi mamá se quedó a dormir en el sillón, fue y me despertó asustadísima porque dijo que había visto su espíritu caminar por la sala frente a sus propios ojos.
Cuando me cansé del asunto, fui directamente al cuarto donde ella solía dormir y le aventé un discurso sobre que ya no debía molestar más a mi mamá porque ya no estaba en edad para esos trotes, que mejor se desquitara con los que sí se merecían un susto, o que de plano, se agarrara con mi abuelito por todas las que le había hecho mientras estaba con vida. Dejé un caramelo en su cama y me fui como si nada.
Ahora, siento escalofríos de vez en cuando porque siento como ai alguien estuviera vigilándome y tengo dos teorías: o tomé demasiada cafeína o mi abuela ahora espera que yo le lleve más dulces. Igual yo ni la pelo.
Sería genial que ustedes opinaran respecto a este tema y mucho más si me cuentan alguna historia parecida. Siempre me fascina hablar de estas cosas mientras tomo el té con una amiga de mi mamá cuyo espiritu de su marido tampoco la deja en paz, ja, ja, ja...