martes, 27 de octubre de 2009

Un Bloggero a Toda Madre



Esta mañana lo primero que pensé no fue en el desayuno (¡milagro!) ni en el frío que está comenzando a hacer, sino en las personas a las que yo les guardo admiración y respeto. Entonces decidí que iba a hacer un post sobre esa gente, pero como sería muy largo, pensé que era mejor hacerlo por partes. Anteriormente ya hablé de mi hermano ´Victor, así que ahora le toca a Guillermo Guerrero, el autor estrella del blog ¡Idos de la Mente!

La primera vez que oí hablar de él, calculo que yo iba en secundaria y recién empecé a leer la revista 15 a 20. Cuando mis ojos se pusieron sobre las primeras líneas del artículo "Recordando a mi Ex" de la sección "Él" pensé:

"Pobre Guillermo, sí que se jode bastante con el asunto de Laura... me cae bien"

Y desde entonces, siempre que compraba la revista me pasaba directamente a esa sección para continuar leyendo las choco-aventuras de Memo. Poco a poco lo fui admirando porque era el único que me hacía reír con sus enredos durante aquellos años de secundaria que quisiera mandar al trasto. También era partícipe de otros artículos y secciones, pero yo lo recuerdo mejor por contar su vida. De hecho, el muñequito que ven arriba era el que se usaba para la parte de "Julio dice, Memo dice...", ahí ellos daban consejos según sus propios criterios.

Cuando Memo dejó de escribir en "Él" y lo reemplazaron por un chico llamado Pino, me entristecí mucho, al punto de que ya no miraba a la revista con los mismos ojos. Además, como estaba a punto de rayar en la veintena, dejé de hacerme asidua a 15 a 20 y me enfoqué en mis proyectos. Claro, no duré mucho sin andar por ahí en la internet buscando cosas de Memo... y fue así como di con el blog ¡Idos de la Mente! Por supuesto hasta la fecha no dejo de dar mi opinión en dicho sitio, ya sea con mi fibra sensible o haciendo uso de mi lengua afilada.

Ahora que sé más de Memo que cuando sólo leía la revista, me di cuenta de que él es un ser humano (aunque le cueste al Dr.Doom diga lo contrario) y que es alguien simplemente genial. Por un lado es simpático, honesto, original y brillante, le gustan los cómics americanos, los videojuegos, el ron, las cumbias, comer fuera (es un experto en eso, ¿sabían?) entre otras cosas. Por el otro, tiende a ser sarcástico, poco emocional (ojo, que tampoco dije insensible porque él sí tiene su corazoncito) y es impredecible. Pero yo igual pienso que es alguien chido.

¡Memo! Si estás leyendo esto te digo que no escribí este post para ganarme puntos o porque quiera algo, ya que de veras pienso que eres un chico genial. Siempre me da risa que cuando yo te digo una cosa, tú me sales con otra y que si a veces te pico el orgullo, es porque simplemente busco evitar que te conviertas en otro Doom o porque a veces las cosas que dices hacen que me acuerde de mis tiempos de secundaria y me saques el chamuco. Perdona si te llego a lastimar a ti también (que cursi me oí, pero así me siento) ojalá sigas escribiendo igual de chido hoy, mañana y siempre.

¡¡Larga Vida a Guillermo Guerrero!!

domingo, 25 de octubre de 2009

La Forma más Friki de Morir Es...

Yo en lo personal no le tengo miedo a la muerte, siempre y cuando ésta no sea de manera trágica o de una forma absurda, ya que de lo contrario me la pasaría retorciéndome en la tumba. Estas son algunas de las muertes más ridículas en las que los accidentes de las películas Destino Final se quedan cortos.

LA MASCADA ASESINA.

Isadora Duncan era muy famosa no sólo por su excelente forma de bailar, su vida privada poco convencional y su carácter, sino también por su amor hacia las chalinas largas... lo que en 1927 la llevaría a su fallecimiento. Fue la noche del 14 de septiembre cuando Isadora abordó un auto sin percatarse de que su fina toquilla se había enredado en la llanta trasera y les dijo a los demás "¡Me voy al amor!". Ya se imaginarán lo que le ocurrió a la pobre cuando el vehículo se dio a la marcha. Después de ese accidente, Gertrude Stein comentó mordazmente que "Las pretensiones pueden ser peligrosas", ¡y vaya que tuvo razón!

EL REY QUE SE MURIÓ DE RISA... LITERALMENTE.

La historia del reinado de Martín I de Aragón no fue de gran relevancia, pero la forma en que murió también cataloga como una de las más peculiares. Según se dice, el monarca cayó enfermo de una molesta indigestión el 31 de mayo de 1410 y para hacerlo sentir mejor, llamaron a un bufón para que le levantara el ánimo mediante algunas carcajadas... una combinación nada buena y que acabó por matarlo y dejar a Sicilia por dos años sin ningún sucesor.

OH, LUNA, MÁTAME CON TU ESPLENDOR...

El poeta chino Li Bai junto a su compañero Du Fu fue considerado uno de los dos más grandes de la historia literaria china. Fue mejor conocido por su imaginación extravagante y las imágenes taoístas vertidas en su poesía, a la vez que por su gran amor al licor. Precisamente estaba en una de sus borracheras cuando fue a pasear en bote por el río Yangt-ze e intentó abrazar el reflejo de la luna en el agua, por lo que obviamente se cayó y terminó por morir ahogado. Algunos aseguran que eso sólo es un mito y que pereció por envenenamiento con mercurio, pero a mí me parece gracioso la versión que describí anteriormente. Ya me imagino a Memo (co-autor del blog Idos de la Mente) muriéndose de lo mismo ja ja ja ja

EL ESCAPISTA QUE NO ESCAPÓ DE LA PERITONITIS.

Estoy absolutamente segura de que les suena el nombre de Harry Houdini, el famoso ilusionista húngaro que no dejaba de asombrar a sus seguidores cada vez que se metía esposado y encadenado en un tanque con agua, o se hacía enterrar vivo y emergía ileso, o su excepticismo hacia las dizque sesiones espiritistas en las que participaba con tal de demostrar la falsedad de las mismas. Fue un día de octubre de 1926 cuando unos chicos universitarios quisieron comprobar si era verdad que él poseía una fuerza extraordinaria y el mago aceptó sin miedo. Sin embargo, un pelirrojo de nombre William Lances le asestó el primer puñetazo con demasiada fuerza y aunque Houdini fingió no estar afectado, en realidad había sufrido una ruptura del apéndice y finalmente sucumbió a la agonía la madrugada del 31 de octubre.

EL SEXO MATA.

Sergey Tuganov fue un tipo ruso de lo más común y corriente que pudo haber sido considerado como alguien ordinario de quien no valía la pena hablar... de no ser por morir de la forma que muchos hombres desearían: en pleno acto sexual. Fue a mediados de este mismo año cuando Sergey, de 28 años, le apostó a dos mujeres que podía tener sexo continuamente con ellas durante 12 horas. Varios minutos después de haber recaudado un botín de $4,300 rublos, él sufrió un paro cardíaco y murió. En la autopsia se comprobó que antes de hacer la apuesta, Tuganov había ingerido una botella entera de Viagra para tener aguante y ganar... vaya forma de hacerse famoso, ¿no creen?

Otros que fallecieron por causas absurdas fueron Elvis Presley (vomitó de más en el inodoro), Allan Pinkerton (de una infección tras morderse la lengua), Bobby Leach (por resbalar con una cáscara de naranja), Clement Vallandigham (se disparó a sí mismo por accidente), Tycho Brahe (de una infección por aguantarse las ganas de orinar), entre otros más...

jueves, 22 de octubre de 2009

¡Bruja, Bruja!

Me cae que cuando no los estoy viendo, mis vecinos me señalan con el dedo índice y dicen "¡Bruja!", igualitos a los colonos en la época de los Juicios de Salem (ahora Massachusetts).

A lo mejor lo dicen por la cara de limón agrio que a veces me cargo, por mi actitud de "me vale todo" o porque tal vez sí soy una bruja. Bueno, si es que el practicar la Cartomancia (lectura del Tarot), tener sueños precognitivos (que siempre olvido y me producen Déjà Vu) y haber predicho tres muertes y un nacimiento cae en el concepto de brujería.

A mí me fastidia mucho que la gente sólo me busque cuando les conviene, especialmente cuando desean saber su futuro o despejar sus dudas mediante las cartas. Por supuesto, les cobro 25 pesos y a veces dicen que salgo cara, pero más caros son esos piratas que salen en la televisión. Mínimo les cobran 200 pesos y lo digo porque mi prima Monse es muy fanática de los dizque adivinos. Yo no poseo una baraja de Tarot porque mi presupuesto no me permite costearme una (creo que la pediré de regalo de Navidad) pero sí uso una baraja española, de esas que tienen palos, espadas, copas y monedas.

Según algunos cálculos, la carta del Tarot que mejor me representa es El Ermitaño (L'Hermite) y más cierto no pudo ser porque esta carta representa al reservado, el asceta, el guía, el estudioso, el erudito, el buscador. También representa la soledad, la reflexión, la prudencia, el estudio. Yo sin duda siempre estoy presta a recibir nuevos conocimientos y no me gusta mucho estar rodeada de tantas personas, pero no me malentiendan, sí me agrada pasar el rato con las amigas de vez en cuando. Recuerdo que una vez hicimos una sesión espiritista (sin esa ouija de mierda) y tuvimos resultados un tanto perturbadores... para mis amigas ja ja ja ja

lunes, 12 de octubre de 2009

¡Ay Nanita!

¿Cuántos o quiénes de ustedes creen en los aparecidos? A mí me pueden incluir en la lista de los que sí creen en los espíritus chocarreros pero que no precisamente ha tenido contacto directo con uno. En cambio, he escuchado varios relatos de personas a las que más de un alma en pena les ha provocado algún sustito:

EL PAYASO DEL AUTOESTOP.

Mi papá biológico trabajaba de repartidor para la compañía Marinela (una empresa de pastelitos y galletas), y por lo tanto, viajaba constantemente por casi toda la república. Él le contó a mi mamá que alrededor de las cinco de la mañana, cuando todavía estaba un poco oscuro, iba por la carretera que conducía a Chihuahua y que vio a un payaso con un veliz a la orilla del camino. El susodicho le estuvo haciéndole señas para pedirle aventón pero mi progenitor pensó:

"Pues que lo levante el chico del camión de atrás"

Cuando los dos vehículos hicieron su respectiva parada en Chihuahua para dejar mercancía y descansar un poco, mi papá le preguntó a su compañero:

"Oye, ¿levantaste al payaso?"
"¿Cuál payaso?"
"El que estaba en la carretera, más o menos en Meoqui. Un payaso con una maleta"
"Yo no vi ningún payaso"


Mi papá casi se infarta de un susto porque entonces llegó a la conclusión de que "aquella cosa" con pelo y rostro de colores era un fantasma. Nada más llegar de nuevo a la casa, se lo dijo todo a mi mamá y ésta le recomendó que rezara y no le hiciera caso al próximo transeunte que le estuviera haciendo autoestop. Yo todavía no nacía en aquel entonces y al escuchar el relato, no pude evitar reírme y compadecerlo al pobre.

LA ACOSADORA.

Cerca de la ciudad donde vivo hay una fábrica chilera que tiene turnos tanto diurnos como nocturnos, y mi tía Lupe diariamente les vende refrescos o bocadillos a los trabajadores. Es por esa razón que siempre tiene algo interesante qué contarme cuando nos visita. La última vez estábamos hablando precisamente de los aparecidos y ella me dijo que una noche salió el último grupo de empleados para tomar el autobús que los habría de llevar a sus hogares.

Era la una de la mañana y en la parada vieron a una mujer que llevaba la cara cubierta con un velo, como si se preparara para irse a misa, pero que no le hicieron mucho caso. Como el camión se tardó mucho en llegar, decidieron caminarle un poco por la carretera y uno de ellos notó que la señora los seguía y se lo hizo saber a sus amigos. Lo que sí se les hizo raro fue que si ellos corrían, ella tamhién lo hacía y cuando finalmente llegó el dichoso autobús, pensaron que ya no los iba a molestar... Pero se equivocaron...

¡¡Ella empezó a perseguir el camión y por mucho que le aceleraban, siempre se las ingeniaba para alcanzarlos!!

Al final unos empezaron a rezarle a sus santos y la mujer se detuvo en medio del camino. De ahí ya no supieron qué pasó con ella.

Yo me carcajée nada más oír esa parte y pensé qué miedosos habían sido los trabajadores. Ya que venían todos en grupo, ¿porqué no plantarle cara a una simple e inofensiva fantasmita? Si ella quería dañarlos, lo habría hecho desde un principio. Al menos yo sí le sacaba la plática porque pienso que hay que perderles el miedo a los aparecidos, porque si no, menos te van a dejar tranquilo.

LA ABUELITA QUE HASTA MUERTA LE GUSTA MOLER.

Lo siento agüe, pero es la neta. Ni siquiera después de muerta dejas de dar lata.

Mi abuelita Magdalena (Q.U.E.P.D) falleció hace dos años y según mi lógica medio retorcida, ella sólo un remordimiento antes de petatiarse:

No haber visto a mi tío Patricio para echarle la bendición. Varios de mis parientes creemos que él fue su hijo preferido aún cuando no hizo nada por cuidarla cuando estuvo enferma, y no lo culpo, el pobre padece de esquizofrenia. El caso es que antes de morir nos pidió que le trajéramos a mi tío pero como él siempre se perdía a cada rato, dilatamos mucho en encontrarlo y para cuando lo trajeron a la casa, mi abuela ya no estaba con nosotros.

Nena (así le decíamos) fue una mujer un tanto... peculiar. Bueno, la recuerdo como una anciana dulce que siempre me traía golosinas (chin, ya me entraron las ganas de llorar) pero que sacó su lado "desquiciado" cuando se fracturó la cadera y estuvo en una silla por muchos años. A ella le encantaban los dulces y cuando alguno de sus bisnietos se lo negaba, Nena acostumbraba meterle el pie, escupirle o pegarle al incauto con su andadera. Ya se imaginarán que mis sobrinos le tenían mucho miedo.

Volviendo a la historia, a los pocos días de morir mi abuelita, mis primas comenzaron a soñar con ella. Unas dijeron que les estaba pidiendo sus acostumbrados dulces, otras dijeron que la soñaron diciéndoles groserías y recientemente mi prima Monse dijo que la soñó anunciándole que iba a recibir una dizque herencia (avariciosa...). Y no sólo fue eso, sino que durante las primeras cinco semanas, me tocaba ver cómo las cosas cambiaban de lugar o se caían "misteriosamente" y una noche que mi mamá se quedó a dormir en el sillón, fue y me despertó asustadísima porque dijo que había visto su espíritu caminar por la sala frente a sus propios ojos.

Cuando me cansé del asunto, fui directamente al cuarto donde ella solía dormir y le aventé un discurso sobre que ya no debía molestar más a mi mamá porque ya no estaba en edad para esos trotes, que mejor se desquitara con los que sí se merecían un susto, o que de plano, se agarrara con mi abuelito por todas las que le había hecho mientras estaba con vida. Dejé un caramelo en su cama y me fui como si nada.

Ahora, siento escalofríos de vez en cuando porque siento como ai alguien estuviera vigilándome y tengo dos teorías: o tomé demasiada cafeína o mi abuela ahora espera que yo le lleve más dulces. Igual yo ni la pelo.

Sería genial que ustedes opinaran respecto a este tema y mucho más si me cuentan alguna historia parecida. Siempre me fascina hablar de estas cosas mientras tomo el té con una amiga de mi mamá cuyo espiritu de su marido tampoco la deja en paz, ja, ja, ja...