viernes, 1 de enero de 2010

Sorpresas de Año Viejo... y de Año Nuevo

Antes que nada, Feliz Año 2010 para todos ustedes. Ojalá hayan echado mucho relajo en la fiesta de la noche anterior, pues asi crearemos lindos recuerditos con los que botarnos de la risa en caso de que nos dé un día depre o simplemente cuando estemos más aburridos que una ostra.

Ahora sí, la primera sorpresa que recibí este año fue que mi hermano mayor tiene tendencias asesinas porque el muy canijo casi me atropella mientras yo iba caminando por la calle. Les juro que él fue quien se desvió del camino y quiso hacerse el graciosito cuando dijo "¿Cómo vas con el internet?", pero yo no le di gusto y simplemente le contesté que yo no estaba tan urgida como cierta personita... (y es verdad, hay alguien más necesitada de internet que yo... mi mamá XD).

La segunda sorpresa, fue que por la tarde estaba en mi compu escribiendo y creo que por costumbre le di click al ícono de Internet Explorer, cuán grande fue mi sorpresa al descubrir que ya teníamos conexión. ¡Oh yeah! Por fin Dios me hizo el milagrito y no me ignoró como de costumbre.

La tercera sorpresa... bueno, no sé si esto cuente como "sorpresa" pero da igual, mi mamá fue la víctima en esta ocasión. Resulta que entre mis propósitos está el de "satisfacerme más a mí misma aunque sea de vez en cuando" (si le entendieron, qué mejor). Pues esa noche me sentía fatal de la cabeza y decidí no beber nada, pero como leí en mi revista de Cosmopolitan que los orgasmos son buenos analgésicos porque liberan prolactina (la hormona de la relajación) puse manos a la obra. Lo malo fue que justo en el clímax mi mamá entró a mi cuarto y me quedé paralizada en seco. No estoy segura si me vio o no, pero yo por si las dudas fingí que tenía un poco de calentura (¿Un poco? ajá...).

Y ahora, que ya me siento mucho mejor, vengo a reportarles que no me he muerto aún, es como digo yo: ¡Hierba Mala Nunca Muere!

¡Hasta la próxima!

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