sábado, 6 de febrero de 2010

En Picada por Monteblanco

Mi prima Lucia (Lucy) se casa el próximo viernes y durante todo Enero tuve que enjaretarme sus berrinches y demás jaladas con respecto a su boda. Ella es la única hija de mi tía Mafe, quien dicho sea de paso es una exitosa publicista y obviamente la plata le sobra para consentir a su niña adorada. Ambas me recuerdan a los comerciales de la muñeca Barbie y su "Happy Family".

Fue memorable el viaje improvisado a Nueva York, de tres días y que me la pasé muerta de miedo ¡y sin un quinto para gastar! (Lucy fue quien pagó gastos de hospedaje, alimentos y sus compras de ropa :P), pero que acabó de forma desastrosa. Ahora que se casa, se la pasó chillando porque no lograba decidirse en las decoraciones, el vestido, el pastel y otras cositas. Yo sólo la acompañé a elegir el pastel (según ella porque yo tenia mejor gusto para eso y porque me considera una hermana), aunque me divertí de lo lindo viendo las tortas y probándolas, acabé al borde de un coma diabético.

Anoche que volví de su casa, me lavé los dientes para sacarme de la boca el maldito sabor a pastel Mont Blanc que comimos en la sobremesa.

Toda la cena, Lucy estuvo derrochando su felicidad por casarse con un novio perfecto, irse a vivir a Los
Angeles (ella es de El Paso), tener todo listo para la boda de sus sueños y demás. A mí me entusiasmó la idea de ir a la ceremonia para al menos pasarla bien, pues continío soltera. No obstante, mi tías Mafe, Rita y Maggie estuvieron hablando de mí mientras yo lavaba los platos en la cocina y aunque me creen tonta, no lo soy. Escuché clarito cómo dijeron que era increible que a mi edad no tuviese novio, pelagatos, gigoló, amante ni nada (bueno, no tan así pero eso daban a entender), que estuviera desempleada (la mala suerte laboral me persigue), que estaba gorda (tener caderas enormes no es un pecado ¿o si?) y que no tenía oficio ni beneficio. Mi mamá estaba en el baño, así que no fue partícipe de esa hoguera emocional para mí.

Al oirlas decir esas cosas medio pasadas de copas (mi tía Mafe opina que el Mont Blanc se degusta mejor con un poco de ginebra), hizo que el mentado postre me supiera asqueroso. Su peculiar forma de montaña me produjo la sensación de que yo era un avión que se estrellaba en picada contra su cremosamente amargo interior. Fue eso lo que me hizo llegar a casa con un humor de los mil demonios por aguantarme las ganas de gritarles a mis tias hasta de lo que se iban a morir.

Ahora ya me siento mejor pero continúo sin ganas de ver a Lucy o a la tía Mafe, pienso pasar de ellas en lo que resta de la semana y no volverlas a ver hasta el mero día de la ceremonia. Al menos no me joderé por estar buscando un novio porque a fin de cuentas, no tengo apuro para eso.


P.D.- ¡¡Feliz Cumpleaños, Memo!! Ya te lo había dicho antes, pero igual espero verte dentro de cincuenta años con tu genial blog XDDD

1 comentario:

Anónimo dijo...

No es bueno hacer corajes, pero tampoco es bueno intentar justificarse....

Obviamente escuchar de personas que "apreciamos" comentarios asi, nunca es agradable, pero hay veces que es asi como nos damos cuenta de que la estamos cagando...