domingo, 1 de febrero de 2009

La Lunática en el Tejado

Tal vez cuando lean este post, creerán que se me zafo un tornillo, ó que me la paso haciendo estupideces. Sin embargo, yo quiero compartir esta extraña pero linda experiencia que tuve la noche anterior.

El día de ayer fue muy estresante para mi porque había amanecido con resentimiento hacia mi madre por haberme mandado al carajo cuando le pedí que apagara la computadora (la cual esta en mi habitación) y me dejara dormir. Toda la mañana me la pase viendo películas a lo menso y mi progenitora me molía a cada rato con mis defectos y las contras de tenerme en casa. Nunca le digo nada porque pienso que no viene al caso discutir con ella y porque a lo mejor ella también ya se esta cansando de mi. Pero dentro de mi cabeza había algo que hacia presión y amenazaba con explotar en la más grande bomba de sinceridad brutal que jamás haya dicho alguien. Afortunadamente supe manejarlo y logre calmarme un poquito. Lo único que quedaba ahí era el rencor. Para colmar el asunto, comenzaron a darme unas agruras insoportables y no tenia ningún antiácido a la mano, solo con leche y bastante agua pude solucionar el problema.

Mi instinto me pedía a gritos que hiciera algo para aliviar toda esa tensión o podría enloquecer y arremeter con lo primero que cruzara mi vista. Durante la tarde, pensé y pensé hasta que se me ocurrió una solución medio suicida…

Todas las tardes, mi mamá se toma un vaso de leche y esta vez yo fui la que se lo llevo personalmente. En la bebida había añadido a escondidas una pastilla para dormir que solíamos darle a mi abuelita (q.e.p.d) cuando sufría de insomnio. Espere pacientemente a que hiciera efecto y mi madre se fue temprano a la cama, pidiéndome que no me desvelara demasiado. Cuando finalmente se quedo dormida, de inmediato me prepare una enorme taza de café de olla.

En menos de diez minutos me encontraba en el techo de mi casa y mis únicos ítems eran una frazada, mi iPod y la taza de café antes mencionada. Admito que no fue nada fácil hacerlo porque le tengo un horror descomunal a las alturas y me da paranoia cada vez que subo la escalera porque creo que esta medio floja. Una vez arriba, extendí la cobija y me recosté a mirar el cielo estrellado y la luna (aunque es mejor cuando esta llena). Me calé los audífonos para escuchar puros instrumentales mientras me imaginaba a mi misma en una cascada; una fantasía de esas en las que te gustaría sobrepasar lo ordinario y hacer algo que solo pasa en los libros o películas… al rato mi mente se encontraba en medio de esas brillantes estrellas y una gran paz invadía mi mente…

Al despertar de ese rollo, mi vecino de al lado estaba de fisgón viendo que hacia yo sola en el tejado y sentí que me quería morir de la vergüenza pero él me dijo que ya sabia lo relajante que era mirar el cielo y luego hizo como si yo no estuviera ahí. Rápidamente me baje y tome una ducha, después de todo, el techo esta lleno de polvo. Yo me he quedado calladita y nadie más que mis lectores saben la historia de la lunática en el tejado.

5 comentarios:

Joel dijo...

tengo una pregunta que me atormenta desde hace algunos post atras que leí sobre ti, ¿cuál es tu edad?

por otro lado eso de subirse a la azotea y escuchar música es chido...

Saludos

lielico dijo...

A mi tambien me encanta ver la luna, es taaaan relajante...
Un saludo seguire leyendote

Mariana dijo...

pues a mi lo que me llama la atencion es que si le tienes tanta fobia a las alturas como fuiste a treparte alla arriba? jajaja y que loco se me hace eso de drogar a la gente para que ya no esten fregando! es buena idea jajajaa

Chida historia. Besos!!

Firey_Girl dijo...

¡¡HORA DE LAS RESPUESTAS!!

JOEL: Como viene anotado en mi perfil, tengo 19 años. Y si, es chidisimo subirse a la azotea, es la unica forma de poder aislarme un rato de todos.

LIELICO: Muchas gracias por leer mi blog. Se aprecia el apoyo ^_^

MARIANA: Yo ni siquiera se como logre tal hazaña, seguramente el estres hizo que se me olvidara un rato, pero mientras subia la escalera me daban temblores internos ja ja ja ja

Y si, lo de drogar a mi mama fue un escape suicida, ya que si ella me descubria, mi vida estaria en riesgo.

¡¡Cuidense Todos!!

Erik dijo...

A MI TAMBIEN SE ME DA ESO DE SUBIRME A LA AZOTEA. SOLO QUE EL IPOD Y EL CAFE SON DEMASIADO LIGHT PARA MI. MINIMO UNAS CHELAS!

SALUDOS!

e.