domingo, 14 de septiembre de 2008

Entre Ajos, Cebollas y Amor... hay una Mañosa Cocinando






Algo que me gusta mucho en la vida es la cocina, desde aquella noche en que yo apenas tenia 8 años y mi madre se encontraba pintando la cocina, me había pedido que fuera yo quien hiciera la cena porque mi tío moría de hambre. Obediente que era en aquel entonces, de inmediato comencé a preparar frijoles con huevo y un poco de chorizo con jalapeños, los cuales me quedaron de rechupete para ser mi primera vez haciendo comida. Mientras veía la cara de gusto de mi familia, supe que la cocina era un talento con el que había nacido.

Casi siempre cocinaba muy de vez en cuando porque mi mamá era quien dominaba en la cocina y yo tenia que conformarme con oler el rico aroma de sus guisos que yo jamás he llegado a igualar y que dudo en poder hacerlo. En fin, con la esperanza de poder aprender mas acerca de este arte, me metí en clases de cocina durante la secundaria pero el primer año ahí estuve aburridísima y no aprendí mucho porque la maestra estaba tan entrada en años (por así decirlo) que jamás notaba cuando alguna chica payasa y sangrona se escapaba del salón. A mí nunca me paso por la cabeza hacer algo así ya que todavía no ganaba esa malicia que ahora poseo.

Ya comenzando el segundo año, me toco nueva profesora y esta si que era bastante exigente, tanto, que a veces me daban ganas de saltar por la ventana pero también era bastante alivianada a la hora de cocinar. Me di a relucir porque en una ocasión nos toco hacer calabazas rellenas y fui yo quien pico todos los ingredientes porque mis compañeras no sabían ni pelar un ajo, pero todo marcho bien. Todavía me da risa recordar que en cierta ocasión casi se nos quemo nuestro pastel de chocolate pero se me ocurrió rasparle la cubierta quemada y se pudo rescatar. Nadie noto la diferencia.

Conforme fui creciendo, estar en la cocina preparando algo era cosa de todos los días y hasta me daba el lujo de inventar guisos, bocaditos, bebidas y postres. Los cuales fascinaban a mi familia y amigos, nadie podía hacer bien esos guisos mas que yo, supongo que es porque cuando los cocino, lo hago con todo el amor del mundo y me dejo llevar por las emociones, casi parecida Tita, a la protagonista de la novela Como Agua Para Chocolate. Hasta ahora, todos ansían el día en que sea yo quien prepare mis famosos winis a la mexicana (aquí les decimos winis a las salchichas viena), mis papas rellenas con salsa de cebollas o mi rico postre de limón. No hay nadie que sepa hacer los hotcakes tan suaves y esponjaditos como me salen a mi, el secreto no solo es amor, sino un poquito de... entusiasmo.

Siempre me han gustado el menudo, los tamales, las enchiladas, el arroz blanco, el pollo con papas y chipotle o su asado de puerco que tanto me encanta. El día en que ella me falte, lo cual espero que no sea pronto, voy a recordar con nostalgia su cocina. Creo que voy a tener que tomar nota de sus recetas para mantener vivo su recuerdo.

Mientras tanto, me la paso todos los días a cualquier hora, echando a volar mi creatividad con los ingredientes de los que se dispongan en casa, porque quiero estar lo mejor preparada en la cocina mas que nada, para que el dia en que me case, mi marido ansie con ganas probar mis platillos. Es probable que el me lleve a vivir lejos y tengo que hacer que mi familia me extrañe de un modo u otro ¿No creen?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

i like......

Joel dijo...

me encanta el nombre de tu blog jaja, en fin

Dejame presumirte, no solo tu tienes buen sazón, yo también tengo esa habilidad y hasta el momento no he tenido reclamos y la verdad es muy divertido, a la fecha guiso, aunque no soy tan bueno como mi mujer, ella si es master

Saludos